18 años de experiencia.

Imparato e Reicher nació en 2005 del encuentro de cuatro abogadas —Natalia Imparato, Michelle Reicher, Juliana Lourenço Mancini y Cristiana Taylor— que compartían, además de una sólida amistad, el propósito de actuar en el ámbito del Derecho de Familia y Sucesiones de una forma singular.
 

Para ello, las cuatro socias fundadoras contaron con la experiencia y el conocimiento acumulados durante los años anteriores a la creación del despacho, en los que trabajaron en instituciones jurídicas de gran prestigio.
 

Y, más importante aún, con la convicción de que era esencial ofrecer una mirada diferenciada, capaz de proporcionar un atendimiento verdaderamente personalizado a cada cliente.
 

En Imparato e Reicher, el cliente es siempre atendido por una de las socias fundadoras —profesionales reconocidas por su experiencia, especialización y conocimiento técnico. Ofrecemos un ambiente de acogida, con escucha activa, análisis individualizado del caso y absoluto respeto a la confidencialidad.

 

SINGULARIDADES

• Nuestra filosofía de trabajo se basa en el compromiso absoluto con la causa del cliente. Cada caso representa una experiencia única.
   

• Somos profesionales con amplia experiencia, siempre conectadas y actualizadas sobre los cambios legislativos y jurisprudenciales en el área en la que actuamos.
   

• La corrección, la transparencia y la integridad son valores innegociables en la relación con nuestros clientes y colegas abogados.
   

• Nuestro trabajo es construido de forma personalizada y en colaboración con el cliente.
   

• Realizamos una evaluación cuidadosa de las alternativas posibles y orientamos, siempre que sea viable y con la debida protección de los derechos de nuestros clientes, la búsqueda de soluciones consensuales.
   

• Actuar en el ámbito del Derecho de Familia y Sucesiones fue una elección consciente. Creemos firmemente que la especialización es indispensable en esta área, ya que no basta con conocer la legislación aplicable: en la práctica, no existen estándares, cada caso exige una mirada única y sensible.